viernes, 26 de agosto de 2011

Las cronicas de Martita II: de madre novata a mujer con pocas pulgas. EL RITUAL DE LA PUERTA




EL RITUAL DE LA PUERTA
Para quienes no leyeron la primera crónica, les agradecería tomar nota de la introducción de la misma, pues los alertará respecto a las características psicológicas de quien escribe.

Había quedado pendiente una pregunta sumamente importante para cualquier madre.
Pues debo confesarles que Martita aun no tiene la respuesta, aunque sí persiste en su pregunta.
Con la ilusión de arribar algún día a una conclusión, continuemos evaluando cuidadosamente algunos eventos, que Martita disfrutó especialmente, y entre los que hoy deseo relatar el siguiente:
Recuerdo que cerca de la cinco de la tarde, Martita respiraba profundo, tomaba su cartera, y con su mejor cara de madre novata, partía a enfrentar una de las situaciones más temidas por ella: el ritual de la PUERTA DEL COLEGIO.
La Puerta del Colegio es un fenómeno social digno de análisis, que entre otras cosas permite compararnos con nuestro grupo de pares, LAS MADRES, y logra forjar en nuestro cerebro, los primeros cimientos de “la culpa matriarcal”
El ritual de la Puerta, consiste en un lapso de tiempo de aproximadamente 20 minutos, en el que se suceden una serie de situaciones y de extraños personajes, que en aquel entonces no dejaban de sorprender a Martita.

En este interesante ritual, uno de los totems infaltables, lo constituyen las llamadas madres compradoras de regalos, a las que Martita les estaba eternamente agradecida y hubiera sido incapaz en aquel entonces, de cuestionarles cualquier decisión que consideraran oportuna, pues rezaba afanosamente para que nunca se cansaran de llevar adelante tan loable tarea.
Un día, en que milagrosamente había logrado trabajar jornada completa, pues no habia tenido que asistir a ninguna actividad compartida en el jardin, Martita llegó a La Puerta donde fue abruptamente abordada con la siguiente pregunta:
- Hola linda!!! (jamás te acordás como se llama la mamá del compañerito de tu hijo por lo que siempre se utilizan este tipo de adjetivos en el ritual de la Puerta). ¿Ya mandaste los 5 pesos?
- Qué 5 pesos…?, atinó a responder Martita mientras su corazón comenzaba a acelerarse.
- Los 5 pesos para el regalo de la seño, mañana es su cumpleaños. ¿No leíste la notita?

(No boluda, pensó Martita, no la leí, porque ayer estuve pasándole el líquido de los piojos a mi nena, que se contagio de la tuya y empecé a peinarla a las 7 y termine a las 9 de la noche…).
Pero ante el terror de que la madre compradora de regalos se ofendiera y no se ocupara nunca mas de semejante función, sólo atinó a responder con un tímido y culposo: si,si, por supuesto!!!
Martita, que el día anterior, además de pasar el peine fino, había salido a cartonear en búsqueda de la caja del televisor 29 pulgadas solicitada (recuerdan?), no había llegado a dar vuelta la pagina del cuaderno a lunares púrpura claro, en donde figuraba otra notita, con hermosas florcitas dibujadas con purpurina amarilla, que decía:
“Por favor, enviar 5 pesos para el regalo de la seño. Mandar el dinero exacto, en sobre cerrado, con nombre, dirigido a la mama de Carlitos”, (o sea la compradora oficial de regalos).
Mientras Martita, totalmente desorientada, trataba de procesar todo aquello de lo que estaba siendo notificada, vió llegar a lo lejos a la mama de Jennifer Yesica Yackelin..….. Gomez (nunca olvidaré ese nombre cuando fui a anotar a mi hija al registro civil, por lo ridículo que me pareció). La mama de Jennifer Jessica Yackelin, bajaba de una 4 por 4, toda rubia ella, con el pelo impecable, como planchado con almidón, con 3 críos más a cuestas y con una cara de paz espiritual que Martita no comprendía como podía lograrse (obviamente la respuesta era: RIVOTRIL, pero Martita que en esa época era inocente, creía que la razón de la cara de la rubia, se llamaba FELICIDAD).
La muy felina, planchada, maquillada y calzada con el ultimo modelo Sarkani, (siiii, la envidiabaaaaaaaa, siempre impecable y feliz!!!), luego de saludar, se dirigió a Martita con su mejor sonrisa:
- ya preparaste la torta?
- (oh my god!!!) Qué torta?
- La torta … te olvidaste? Mañana es el cumple de la seño y cada nene trae algo para hacer una merienda compartida.
- AH, si, por supuesto, -respondió Martita-, la seño se merece eso y mucho más!!

A esa altura, habían logrado que Martita, se sintiera la peor madre del mundo , no solo por no estar enterada de tan trascendentes noticias, sino también, por que le importaba nada que la seño cumpliese años, con lo cual, se confirmaba a si misma lo desalmada que era, anticipando un futuro apocalíptico para sus hijos.
Cuando estaba a punto de recuperar la respiración, Martita visualizó a otro tipo de madre prototípica de la ceremonia de la Puerta: La Madre Invitadora de chicos.
Martita, que lo único que deseaba era volver a su casa, intentó eyectarse lo más rápidamente posible, pero se percató que ya era tarde. La palabras temidas, llegaron a sus oídos:
- ¿me llevo a los nenes para que jueguen un ratito?.
Martita ya no tenia opción, la invitadora habló delante de los niños, que al unísono exclamaron SI!!!! y corrieron hacia el auto sin esperar su respuesta.

Conclusión, Martita volvería a casa sola, cargada con su cartera, la mochila, la lunchera, el guardapolvo, el trabajito hecho con fideos pintados a mano en la clase de artesanías hindú y rezando para que el super no hubiese cerrado, pues debía comprar el polvito para la torta y el sobre en el que colocaría el dinero exacto, ni más ni menos, para el regalo de la seño.
En el instante en que se disponía a desaparecer de ese calvario, Martita fue interceptada por un grupo de madres rezagadas que la llamaron casi desesperadamente, preguntándole si estaba al tanto de las novedades.
Su pecho se abrió, y Martita fue feliz!! Por primera vez desde hacia media hora, sintió que tenía la situación bajo control pues, ya se había enterado de todo: la torta, el cumple de la seño, el sobre cerrado con nombre, y cuando estaba a punto de responder con un inmenso SIII, supo que nunca sabría nada…

- Te enteraste que Maria (La rubia empastillada con Rivotril), se lo esta curtiendo al marido de Josefina (La invitadora de chicos)!!!!
De pronto se hizo la luz y Martita comprendió, por un lado que la cara de felicidad de la rubia empastillada, no se debía solo al Rivotril y por otro, que la invitadora de chicos, lejos de ser una madre abnegada, compraba niños y ruido permanente para no enterarse que su marido le ponía los cuernos!!!
Todo esto, lejos de tranquilizarla, aumento su sensación de culpa, pues debió admitir que sentía alegría. Después de todo, no podía ser ella, la única infeliz.
Con paso rápido, Martita se alejó rumbo a su casa, dispuesta a hacer la torta, que luego de hornear, rasparía en sus partes quemadas y cubriría con dulce de leche y rocklets de colores, en un intento de disimular su visible deformidad, y transformarla, al igual que otras de la vida, en un chasco!!! (Recordá: nunca compres confititos de colores, nunca se sabe lo que tienen dentro!!!)
No hubo mucho más tiempo para pensar. El teléfono sonó y Martita supo que ya era hora de ir a buscar a su nena a la casa de la invitadora de chicos (la cornuda, jeje). Cartera en mano, para allí partió, no vaya a ser cosa que la criatura se sintiera desprotegida y sufriese las consecuencias de una madre como Martita!!!

 G.J.
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domingo, 7 de agosto de 2011

Humanos, demasiado humanos



Todos nuestros actos constituyen un intento de percibir una imagen positiva de nosotros mismos. Incluso nuestros actos mas solidarios, redundan siempre en el placer de sentirnos buenas personas. Y ello no les quita valor, sólo nos hace humanos....buenos humanos.

Gaby Jaico

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